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Miguel Angelats Quiroz

Nace en Guadalupe, el 05 de setiembre de 1937. Se va a Trujillo a la edad de 17 años, por motivos de estudio. No vuelve a residir más en Guadalupe.

Estudia Educación, Filosofía y Derecho, en Universidad Nacional de Trujillo. En esta casa de estudios llega a ser Presidente (por votación multitudinaria) de la Federación Universitaria, Secretario de Cultura, y Miembro de la Comisión Reorganizadora del Departamento de Extensión Cultural.

Fue miembro de los Chicos Apritas (CHAP). Se convierte en dirigente de la Juventud Aprista (JAP). Celebra su bautizo a la edad de 21 años; y su padrino es el líder y fundador histórico del APRA: Víctor Raúl Haya de la Torre. Asume temporalmente, de manera accidental, como alcalde de Trujillo: iza la bandera del Perú a media asta en protesta contra la dictadura de Juan Velasco Alvarado y en defensa de la democracia, tras el golpe militar de 1968. En 1977 llega a ser secretario general del Comité Ejecutivo Departamental y luego dirigente nacional del APRA(1979). Apoya a los estudiantes de la UNT para que publicaran El Jurista, vocero de los universitarios apristas, cuya dirección recaía en los entonces estudiantes: Luis Alva Castro y Manuel Ibáñez Rossazza. Es detenido muchas veces, y hasta sufre carcel, debido a sus ideas revolucionarias.

Fue redactor del diario Norte (1957), cuyo director era Garrido Malaver; donde publica periódicamente entre otros textos, sus poemas. Funda, junto a Garrido Malaver, y dirige el semanario Pan Caliente, desde donde protesta contra los asaltantes del gobierno de turno. Perteneció al mítico grupo literario Trilce.

Tras ser elegido con la más alta votación popular, asume como diputado por La Libertad, durante el segundo gobierno de Fernando Belaúnde (1980-1985); motivo por el cual se va a vivir a Lima. Su estadía se alarga hasta el año 1996, cuando retorna definitivamente a Trujillo. Funda el quincenario “La Protesta” (agosto de 1997), desde donde combate enérgicamente a la dictadura fujimorista. Se convierte, respaldado por su trayectoria, en consultor político: por su despacho desfilarían los dirigentes de los diferentes distritos de la Provincia de Trujillo.

Miguel Angelats, considerado como uno de los mejores oradores que ha tenido el Perú, poeta, abogado y periodista, tras una penosa enfermedad, muere un lunes 8 de junio de 1998.

“Mi padre recordaba a su tierra con mucho cariño y nostalgia a la vez. Añoraba mucho aquellos tiempos cuando era niño y hacía muchas travesuras, especialmente con su hermano Lucho, a quién quería muchísimo. Recordaba muchas anécdotas; extrañaba sus comidas, la feria de la Virgen de Guadalupe, etc. Yo diría, sin temor a equivocarme, que mi padre jamás apartó su presencia espiritual de su Guadalupe querido. Recuerdo que mi padre, invariablemente, cada vez que venía a Trujillo (de Lima) aprovechaba la oportunidad para viajar a su tierra natal y visitar a sus familares y amigos.” (Helga Angelats, comunicación personal)

“Miguel Angelats no sólo es el joven estudiante enamorado de la vida y la batalla, de la batalla por la vida. Miguel Angelats es también el amante fiel de la palabra hablada, de la palabra escrita. Y dicha y signada en sus más aceptadas formas. Es él orador –aun yendo contra su natural modestia– periodista y poeta; huelga encontrar en sus poemas simera ternura, sugestión amorosa y sobrentendida protesta ante tanta injusticia. ” (Juan Paredes Carbonell, Diario Norte, 8 abril de 1962)

 

Robert W. Jara Vélez

Cuatro más, 2012

Viaje a la sombra

 

Rumbo al silencio herido

como un pájaro ciego

cuyos ojos han sido sepultados,

me agito y vuelo entre las nubes sin encontrar un nido a mi agonía.

 

Los pájaros del bosque

de mí se han olvidado:

ni un rumor, ni un murmullo,

ni siquiera un silbido

que me invite al retorno.

 

Solitario y vencido

en mi vuelo sin rumbo

siento que sólo el viento

es mi último amigo.

Presencia marina

 

Mar:

si en tu verde sinfonía de agua fresca

dejares escuchar su voz

dormida en el fondo de tus algas,

me acostaría en una de tus olas

hasta dormir el sueño salobre de los peces.

 

Si en cada gaviota enamorada

que vuela por tus playas o tus islas

pusieres algo de sus ojos negros,

echaría a volar también mis sueños

como aves de mar huyendo al cielo.

 

Si en cada barco que cruza tu horizonte

dejares ver su pañuelito blanco

con que me dijo adiós bajo la luz perversa

de un tubo fluorescente,

te abarcaría, mar, entre mis brazos,

con tus peces, tus barcos y tus aves..

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